Desde 2015, el Banco Central de Venezuela (BCV) no publicaba sus indicadores económicos. Este martes, los datos que sistemáticamente se han ocultado aparecieron divulgados en la página web de la institución y revelan una caída del 52,3% del Producto Interno Bruto desde 2013, cuando Nicolás Maduro fue electo presidente.
El BCV señala que la inflación alcanzó el 130.060% en 2018, la cifra más alta en la historia reciente del país. En 2017 se situó en el 862,6%, durante 2016 en el 274,4% y en el 180,9% en 2015.
Los números, sin embargo, se encuentran muy por debajo de las estimaciones de la Asamblea Nacional, firmas independientes y organismos multilaterales que calcularon el alza de precios del año pasado por encima de 1.700.000% y que la situaron para el cierre de este 2019 sobre los 10.000.000%.
Para la inflación acumulada en los primeros cuatro meses de 2019, el régimen de Maduro tiene una peor estimación que la Asamblea Nacional que lo calcula en el 666%, mientras el BCV lo sitúa en más del 1.047%.
La información que se ha divulgado sorprendentemente este martes incluye la balanza de pagos de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y las importaciones.
Estas últimas cayeron de 57.183 millones de dólares en 2013 a 14.886 millones en 2018 e iban en picada mucho antes de que Estados Unidos impusiera sanciones económicas y petroleras al país.
El descenso explica el fuerte desabastecimiento de bienes que padecen los venezolanos. Esta curva coincide con la de los ingresos por exportaciones de petróleo que se redujeron a un tercio — de 85.603 millones de dólares en 2013 a 29.810 millones de dólares en 2018–, a causa de la abrupta caída de la producción de crudo por los malos manejos de la petrolera estatal y por la corrupción.
Este año la producción de petróleo en Venezuela ha caído a su mínimo histórico: 740.000 barriles diarios, por primera vez por debajo de Colombia, según ha señalado la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
La reiterada excusa de Nicolás Maduro para justificar la profunda crisis que se vive en Venezuela, que también tiene expresión en el aumento de la pobreza y el desempleo tras 18 meses en hiperinflación, ha sido la “guerra económica” que desde Estados Unidos y otros países no alineados a su Gobierno han emprendido contra el país y su mandato.
Fuente: ElPaís