La fiscalización de hasta 30.000 millones de euros de gasto público que ha llevado a cabo la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) está evidenciando, por un parte, que hay una gran cantidad de recursos del Estado sobre los que existe un notable descontrol y que partidas a las que se destinan cantidades injustificadas; y por otra, ámbitos en los que ocurre justo lo contrario, esto es, que los recursos se antojan totalmente insuficientes. Y un ejemplo de esta última situación es el esfuerzo en I+D+i, en donde España es el único país de entre las cinco potencias económicas de Europa que ha reducido su inversión.
«España es el único país de la UE-5 en el que la inversión total [que tiene en cuenta la parte pública pero también la privada y la extranjera] ha caído entre 2009 y 2016, un -10,2 %, en contraste con el crecimiento de inversión total de los 28 países de la Unión Europea de un 17%», certifica la AIReF en el estudio sobre el programa de promoción del talento y su empleabilidad en I+D+i que hizo público la pasada semana.
En este contexto, no resulta en absoluto extraño que el nivel de inversión español esté «alejado de la media de la Unión Europea y de los objetivos H2020 [Horizonte 2020 es el programa que financia proyectos de investigación e innovación de diversas áreas temáticas en el contexto europeo]». «La inversión de I+D+i en España fue de aproximadamente 13.256 millones de euros en el año 2016, que representa aproximadamente un 1,2% del PIB, inferior al 2% de la media europea (por ejemplo, Alemania invierte un 2,9 % del PIB)», explica la Autoridad Fiscal.
Para converger con la media de Europa, por lo tanto, España debería incrementar su inversión en investigación, desarrollo e innovación en un 0,8% de su Producto Interior Bruto, o lo que es lo mismo, en unos 10.000 millones de euros.
Fuente: El Mundo