Esta pérdida de competitividad se debe principalmente a la apreciación de la moneda común frente a las divisas de aquellos países comunitarios que no pertenecen a la zona euro, unida a un leve incremento del índice de precios.
También se deterioró la competitividad frente a los países de la UE con los que España no comparte moneda (creció un 1,3% el ITC) y, en menor medida, frente a la eurozona, donde creció un 0,2% el ITC.
Frente a la OCDE, el ITC aumentó un 1% entre julio y septiembre, a pesar de la mejora de la competitividad española por una evolución de los precios en España más moderada que en la OCDE, que solo pudo compensar parcialmente la apreciación del euro frente a las principales monedas de esta zona.
De hecho, el ITC se incrementó un 1,6% en el caso de los países de la OCDE que no pertenecen a la eurozona y creció un 1,7% en los países de la OCDE no UE. En todos los casos, la causa fue la evolución de los tipos de cambio, mientras que disminuyeron los índices de precios relativos.
En relación con los países Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), el ITC se incrementó un 3,5% interanual en el tercer trimestre. El deterioro de la competitividad-precio frente a esta zona se debió al aumento del tipo de cambio en un 4,1%, mientras que el índice de precios disminuyó un 0,6%.
El ITC mide la competitividad de las exportaciones mediante el tipo de cambio y de los precios. Así, incrementos en el índice reflejan pérdidas de competitividad y viceversa.
Artículo escrito por: elEconomista.es