El procedimiento elegido para este concurso es el abreviado, dado que no reviste una especial complejidad. De este modo, podría estar finiquitado en un corto periodo de tiempo.
Ese es, además, el objetivo de los actuales directivos de la compañía. Fuentes de SmartyContent consultadas por este medio indican que se han visto obligados a presentar un concurso voluntario de acreedores para “salvaguardar los intereses de sus clientes” ante el impago de varios de sus proveedores, algunos de ellos radicados en Estados Unidos.
Según estas fuentes, se prevé que el concurso acabe en poco tiempo, pues ya hay un convenio anticipado de acreedores sobre la mesa, al que se han adherido muchos de sus clientes. Así pues, SmartyContent trabaja por mantener la actividad normal de la compañía durante el concurso y salir fortalecidos de este proceso.
SmartyContent es una empresa española especializada en vídeo digital. Fue creada en 2010 por José Manuel Aldana, que ejerce de presidente del Consejo de Administración.
Fueron impulsores de la compañía inversores reconocidos en el ámbito de la tecnología, como Carlos Delso, ex director general de Louis Vuitton en España (ya fallecido), Aquilino Peña, fundador de Kibo Ventures (inversora en startups) o Yago Arbeloa, presidente de Hello Media Group.
Básicamente, esta empresa se dedica a ofrecer a los editores de medios una plataforma tecnológica de vídeo, con la que generar audiencias y monetizar los contenidos.
Con varios inversores en startups apoyando la compañía, SmartyContent tenía en unos objetivos bastante ambiciosos en sus inicios. Querían posicionarse como una de las tres plataformas de vídeo más relevantes de España, mercado dominado en aquel momento por YouTube, Atresmedia y Mediaset. Entre sus planes también estaba expandirse por Europa y por Estados Unidos, proceso que se inició hace dos años.
Sin embargo, SmartyContent se ha visto abocada al concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) después de atravesar una severa crisis económica. Según sus últimas cuentas presentadas ante el Registro Mercantil -correspondientes al año 2016-, la compañía tuvo unas pérdidas de 130.000 euros, con unos ingresos de 1,9 millones de euros. El año anterior fue aun peor, con unos números rojos que ascendieron a los 200.000 euros.
De hecho, la empresa nunca ha arrojado beneficios desde que comenzó su actividad, en 2010. Desde ese año, las pérdidas acumuladas son superiores a los 1,9 millones de euros.
A cierre de 2016, tenía una deuda financiera de 981.000 euros, a lo que hay que sumar otros 900.000 de diferentes acreedores comerciales. En total, un pasivo de 1,8 millones de euros. Según las cuentas, tenía una plantilla de una docena de profesionales.
Artículo escrito por: dircomfindencial.com