En términos comerciales, con cifras de Datacomex en la mesa, la CEOE ve importante señalar que la balanza comercial entre España y Reino Unido ha pasado de moverse en equilibrio entre 2006 y 2009 a arrojar un superávit cada vez más hondo para nuestra economía, hasta tocar techo en 2016 con un saldo favorable de 9.000 millones.
Para el turismo, el Brexit supone un cierto riesgo. Ya este 2018 se ha constatado un enfriamiento en la llegada de viajeros británicos a algunos de sus destinos tradicionales, como por ejemplo Benidorm, donde el descenso ha sido cercano a 10%. Los datos del Instituto Nacional de Estadística que maneja la patronal subrayan que uno de cada cinco turistas que llegan a España vienen de Reino Unido.
También es importante ver qué ocurre con los británicos residentes en España, unos 240.000, y los españoles que habitan en las islas británicas, unos 130.000. En el grupo de los primeros, destacan los 75.000 que han ubicado su domicilio en la Comunidad Valenciana y los 75.000 que han hecho lo propio en Andalucía.
Artículo escrito por: Libre Mercado