Hacer negocios en España es hoy más fácil y más seguro. Una afirmación, esta, que corroboran tanto el informe Doing Business del Banco Mundial -que evalúa 190 países y jurisdicciones- como el Barómetro del Clima de Negocios en España que elaboran el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) y la IESE Bussines School.
España es un país de la Unión Europea competitivo, moderno e innovador, dotado de recursos humanos y tecnológicos. Cuenta con un amplio sistema de ayudas e incentivos a nivel europeo, nacional, regional y local, del cual se pueden beneficiar los inversores. Dispone de una moderna y completa red de infraestructuras: primera red europea de trenes de alta velocidad y de autopistas y autovías, así como tres de los puertos de mayor tráfico de contenedores y dos de los mayores aeropuertos de Europa.
Su elevado grado de apertura y favorable marco legal para las inversiones extranjeras ha situado a España como el noveno país del mundo en recepción de Inversión Extranjera Directa (IED), con datos de 2017, mientras que en producción científica es también el noveno país a nivel mundial y quinto de la UE-15, gracias a que los científicos españoles poseen un excelente grado de formación y capacitación.
El idioma español tiene una importancia creciente para los negocios, es la lengua oficial en más de 20 países en el continente americano, incluidos Estados Unidos. En conjunto hay más de 500 millones de hispanoparlantes en el mundo y el mercado español es uno de los mayores de Europa, con 47 millones de consumidores, a los que hay que sumar los más de 56 millones de turistas que visitan España todos los años.
Como miembro de la UE, España tiene acceso directo a los países de la Unión y mantiene con Latinoamérica el mayor número de tratados de doble imposición y de protección de las inversiones. Asimismo, las empresas españolas mantienen un papel de liderazgo en las economías latinoamericanas. Ambos factores son clave para convertir a España en un trampolín para hacer negocios en Latinoamérica y para que las empresas latinoamericanas aborden los mercados europeos.
España se ha convertido, asimismo, en un lugar estratégico para la gestión de las multinacionales en su expansión en los mercados de Europa y Latinoamérica. Numerosas compañías europeas y asiáticas (Wincor Nixdorf, British Telecom, Huawei, etc.) han establecido en España sus headquarters para Latinoamérica, en tanto que otras latinoamericanas, como Cemex, Pemex, Vo-torantim…, han elegido Es-paña como centro de decisión para sus operaciones en Europa. La proximidad geográfica de España a los mercados del Norte de África y Oriente Medio completa su extraordinaria área de influencia.
Desde el Banco Mundial han querido reconocer también el avance español, apuntando en su comunicado que España está entre las cinco naciones de la OCDE que han implementado más reformas exitosas a la hora de facilitar el lanzamiento y funcionamiento de los negocios.
Por su parte, los resultados del Barómetro del Clima de Negocios en España indican un aumento de las previsiones de inversión, empleo y facturación de las empresas extranjeras ya instaladas en nuestro país. En concreto, las previsiones de inversión, facturación, empleo y volumen de exportación para este año son claramente positivas con un 95% de las empresas encuestadas que asegura va a aumentar o mantener sus inversiones en España y un 94% del total de las instaladas en el país apuesta por mantener o aumentar sus plantillas.
También son excelentes las perspectivas de facturación con un 91% de empresas encuestadas que piensa aumentar o mantener su facturación. Finalmente, con respecto al volumen de exportación, más de un 70% de las empresas extranjeras exporta a terceros mercados desde España.
Como factores a mejorar los inversores en España señalan la necesidad de rebajas de los costes de electricidad, teléfono o Internet; la reducción de la carga burocrática y, sobre todo, mejoras fiscales en las cargas de la Seguridad Social sobre el trabajador o el impuesto de Sociedades.
La Administración y las empresas españolas y sus organizaciones representativas apuestan decididamente por fomentar la internacionalización del tejido empresarial, conscientes de que si la economía española quiere crecer, ha de ser a través del exterior. Es por ello que de cara a mejorar las condiciones financieras de los proyectos empresariales, la Administración del Estado ha puesto en marcha una serie de instrumentos financieros públicos entre los que destacan especialmente el seguro de crédito de Cesce y la financiación de Cofides que juegan hoy un papel esencial como elemento dinamizador y de apoyo a la iniciativa empresarial. Un papel clave que quedó de manifiesto durante los primeros años de la crisis, cuando fueron los mecanismos oficiales los que hicieron posible acometer los proyectos en el exterior ante la carencia casi absoluta de crédito por parte de las entidades, demostrando su utilidad como corrector de fallos de mercado.
Artículo escrito por: elEconomista.es